Nit de les Fogueres

Con cierto retraso, me he animado a hacer una pequeña crónica de la increíble "Nit de les Fogueres", que como siempre no pudo salir mejor, quitando de dos o tres pequeños percances que hubo sin demasiada importancia.

Como ya pasó hace un par de años, nos reunimos en mi casa para cenar Toni, Yohanna, Fátima y yo. Lo normal es que hubiésemos sido más gente pero, en el portal que nos ocupa, los vecinos prefieren cenar con sus familiares o directamente no se dejan ver... ellos se lo pierden (el ambiente es muy bueno). Hay que decir que Jose Luis "Cayo", intentó por todas y por todas que cruzáramos la calle para cenar con él y sus vecinos, pero ya habíamos tomado la decisión y seguimos con nuestros planes. Muchas gracias por tu hospitalidad Jose.

Toni, como siempre, se fue a tocar el pasacalle de turno en esta noche, llegando a cenar, con su futura esposa, cuando un servidor ya tenía toda la carne lista para hacer plug and play. Según comentaron el par de dos, Yohanna se lo pasó muy bien, al parecer por unos traguitos que le dio a bebidas típicas de una noche como esta y, Toni, se lo echó un poquito en cara. Y yo le digo (a Toni): Si tuviese que hacer lo mismo Yohanna contigo... Madre mía!!! No quiero ni pensarlo.

Bueno, el tema es que cenamos muy bien, tranquilitos, y cuando acabamos de cenar vino Javi a hacernos la visita, estaba en el portal de sus suegros. Se hizo algo con nosotros y se fue, porque los cohetes y él... quizás en otra vida se lleven mejor.

Pequeña paella

Llegaron las doce y media a.m. y con nuestros mejores guiñapos para la ocasión, nos fuimos a ver la tirada que hacen en la Plaça de la Iglesia, que por cierto estuvo muy bien, como siempre. Hay algún video por el Facebook. Después cubatita en el chiringuito de Mataix y Ximo, y cuando ya no se usaba (01:30 a.m. más o menos, Pepito y Miguel se pensaban que ya nos habíamos acostado) nos fuimos para mi casa a inaugurar la noche. Y lo hicimos por todo lo alto, con dos tracas y unas treinta docenas de cohetes. Tal fue la que se formó que no todos escapamos bien. Fermín (primo de Toni) y la novia de Luis el alemán, se quemaron. El primero en la pantorrilla y la segunda en un sitio un tanto íntimo, cosa que para nada impidió que nos pusiéramos a investigar la gravedad del asunto. Al final Luis nos llamó la atención, jejejejeje. Normal. Aun no siendo de mucha gravedad, los dos afectados se fueron al Centre Metge a que los curaran. La novia de Luis ya no vino más (pobreta) y Fermín tardó lo que viene a ser, un momentín. Y si se pierde algo el chaval??

Cayo, Pepito, Panre, Toni y Miguel

El Panre, llegó con una chaqueta vaquera de su madre, que ya quisieran muchas mujeres igualar el tipín que le hacía. Una cinturita de avispa y caderas agarraoras que mare, mare.... Por cierto, en una rodá cuanto menos grande, un cohete le arrebató el cristal de las gafas que llevaba el chaval. Él no se dio ni cuenta y Dani (hermano de Toni) y yo, mira, "jojojojojojojo". Anécdota pa la saca.

Cohetes, cohetes y más cohetes corrieron por la avenida, hasta que uno, impactó violentamente contra la nariz de Pepe (primo de Toni). Madre mía, aquello parecía una matanza, sangre por todos sitios. Menos mal que Antonio, el metge de la carçel (como dice el Cayo), pasaba por allí para irse ya a su casa y haciéndonos un favor, limpió la herida y recomendó que fuéramos al Centro Médico. Mientras iban y venían de curarse, los demás dejamos de tirar cohetes, más que nada por respeto, pero encontramos una diversión perfectamente sustituible a la de quemar pólvora, y esa fue la de hacer de agentes de CSI. Que si "Mira, mira, mira por donde va el rastro de sangre!!!", que si "Síguelo, síguelo a ver si encontramos el punto exacto de la colisión", "Aquí, aquí ha sido, mira la mancha grande". En fin, cosas típicas para las horas que eran (alrededor de las 5:00 a.m.) e ir de whisky hasta arriba.

Reunidos todos otra vez, visita por los pafetos, un cubata más, vuelta otra vez al lugar de origen y espetorrá de cohetes nuevamente, esta vez en la cuesta de Mapfre, más que nada para no despertar a mis pequeñas. Eran los últimos que nos quedaban de la compra conjunta que hicimos, pero, ya se había acabado la noche??? Pues no. Toni, al que le gustan más los cohetes que a un tonto un lápiz, se gastó unos cuantos/bastantes euros más en docenas y tirarlas en la puerta de su casa, como viene siendo ya tradición. Y allá que fuimos el grupo del territorio vaquero. Toda la calle estaba impoluta (hay que reconocer el mérito de los que, esa noche, limpian lo que los demás borregos ensuciamos), como si allí nada hubiese pasado, y como no, los tocapelotas de turno a formar allí la del 2 de mayo. Se tirarían unas 40 docenas juntas, acompañadas de sus dos señoras tracas. A estas horas (6:00 a.m. aprox.) la gente tiene ganas de todo menos de escuchar el "ffffffffff" de los cohetes, pero se siente, es la NOCHE.

Acabó lo que parecía el fin del mundo, nos miramos unos a los otros para comprobar que estábamos todos bien, y ahora sí, "Buenas noches que hay que madrugar".

Perfecta noche.